Aunque ya habíamos visto muchas cosas y habíamos pasado por diferentes crisis en nuestra vida, no podíamos imaginar que nos tuviéramos que enfrentar a una situación tan especial y complicada como la que estamos viviendo. Ni como individuos, ni como miembros de nuestras organizaciones estábamos preparados para afrontar esta crisis con naturalidad.

Hace apenas un mes todavía no éramos conscientes de lo que se avecinaba, y ahora un mes más tarde hemos cambiado completamente nuestra manera de vivir y de trabajar.

Una semana antes de que se decretara el estado de alarma, en Renfe ya comenzamos a plantear acciones en nuestras infraestructuras críticas, consistentes inicialmente en separar los equipos de personas en distintas ubicaciones, bien de la misma compañía o bien en ubicaciones de nuestros proveedores. En muy pocos días le pedimos a parte de estos equipos que comenzaran a trabajaran desde sus domicilios.

En general las personas que atienden a las infraestructuras críticas están acostumbradas a trabajar en movilidad y por eso estaban habilitados los mecanismos de comunicaciones y disponían de los equipamientos necesarios por lo que estas primeras medidas se implantaron con facilidad y rapidez.

En muy pocos días la situación cambió significativamente y las medidas impuestas por el gobierno hicieron que trabajar de forma remota se extendiera a una parte importante de la plantilla de Renfe.

La mayoría de los planes de contingencia contemplan que el suceso afecte a una determinada sede geográfica o a un entorno concreto. En estos momentos se tenía que contemplar una contingencia que no estaba circunscrita y afectaba a toda España, a muchos colectivos de trabajadores de Renfe y las empresas colaboradoras.

Fue en ese momento cuando los departamentos TIC tuvieron un protagonismo tan grande como poco buscado. En poco tiempo se reforzaron los mecanismos de conectividad para los empleados, se adquirieron y se distribuyeron ordenadores personales y se reforzó el uso de herramientas como Office 365.

Actualmente ya hay más de 2.000 personas trabajando de forma remota, utilizando aplicaciones de la compañía o herramientas colaborativas como Microsoft Teams. Es curioso destacar como el uso de estas herramientas que no estaba
generalmente extendido, ha comenzado a ser un mecanismo cotidiano para un gran número de personas, y ahora nos resulta
totalmente familiar ver a nuestros compañeros o colaboradores de otras empresas sentados en su casa, muchas veces con el
sonido de fondo de los niños corriendo o del perro ladrando.Hemos adoptado la cultura del teletrabajo en un tiempo que
nunca habríamos creído.

Por otro lado, esta situación también ha ocasionado que hubiera que hacer cambios en los sistemas y muchas personas de los equipos de desarrollo han tenido que hacer horas extra porque el tiempo apremiaba. Por ejemplo, nuestro sistema de venta y reserva ha tenido que anular cientos de miles de billetes, modificar su oferta y realizar cientos de miles de comunicaciones a los clientes; nunca antes se había producido una circunstancia similar. Los sistemas financieros también se han visto afectados y ha sido necesario adecuarlos para adaptarse a este escenario.

Por último, lo más importante, no me quiero olvidar de tantas personas que están o han estado enfermas ni de todas aquellas que han sido golpeadas por la muerte de un familiar o están pasando por algún tipo de dificultad. En estas condiciones tanto los empleados de Renfe como los que pertenecen a empresas colaboradoras han sacado lo mejor de sí mismos y con coraje y entrega están aportando su granito de arena para que lo transportes de España puedan seguir al servicio de los ciudadanos.

Mucho ánimo a todos, y que en menos de lo que esperamos lo que estamos viviendo sea un recuerdo del que hayamos podido sacar algo positivo.

Carlos Varela
Presidente Grupo Telecomunicaciones Autelsi
Director de Transformación Digital y Tecnología de Renfe

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