Las tareas formativas se dividen en cuatro programas diferentes que se diferencian en según el perfil del usuario destino de la acción formativa:
1. Usuarios que requieren una formación de iniciación tecnológica:
Son usuarios que posiblemente no hayan tenido contacto con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, más allá, tal vez, de dispositivos de telefonía móvil. Para estos usuarios se hace necesario comenzar por una iniciación a las TIC, a los equipos informáticos, a los paquetes ofimáticos y a Internet.
Posteriormente, se verá cierta aplicación práctica de los fundamentos teóricos anteriores, como por ejemplo, la búsqueda de empleo en Internet, de cursos de formación, así como multitud de servicios útiles de la red.
2. Adolescentes con cierto conocimiento y capacitación tecnológica:
Hoy en día, los adolescentes han crecido con la tecnología. La manejan de manera natural y algunos incluso disfrutan con ella. Sobre este fundamento, se pretende aprovechar el interés que muestran para capacitarlos en el desarrollo y mantenimiento de aplicaciones web y la creación de blogs (personales o participativos) mediante los que mejorar sus habilidades comunicativas.
Todo ello sin olvidar la ejemplaridad de una serie de buenas prácticas en el uso de las TIC (grabación de vídeos con móvil o cámara web y redes sociales).
3. Padres de drogodependientes, sin conocimientos sobre las TIC:
Para trabajar sobre la inclusión social del drogodependiente, se detectan necesidades a cubrir en su entorno, concretamente sobre los padres. En este sentido, la realización de acciones de formación y capacitación tecnológica sobre este tipo de usuarios les proporcionará un conocimiento básico de las posibilidades de uso de las TIC por parte de los hijos (a qué servicios acceden o qué contactos mantienen).
Mediante este programa de formación, se pretende abrir una vía para la concienciación y la aplicación de buenas prácticas en el uso de Internet, las redes sociales y los teléfonos móviles.
Por último, se capacitará a estos padres para estar en contacto con sus hijos, por medios electrónicos, mientras se encuentren en período de internamiento o en un posterior estado de independencia.
4. Adultos con un nivel básico de capacitación tecnológica.
Por último, se identifica a este perfil como objeto de acciones formativas que se encaminen a enriquecer su capacitación profesional, ya que se dispone de cierta base de conocimiento y habilidades.
Se trata de un usuario que posiblemente esté habituado a trabajar con las TIC y seguramente a utilizar Internet como recurso de información. Por ello se potenciará el uso de las telecomunicaciones, orientándolo también a actividades como la búsqueda de empleo, el desarrollo de páginas web o la administración de redes de área local.